En rigor, los seres humanos
realizamos actividad física o deportiva por tres razones: salud, entretenimiento
y estética. Sin embargo, estas razones tienen una jerarquía distinta en cada
individuo, interactúan de modo complejo y crecen o disminuyen en relación a lo
que demandan sus circunstancias actuales y las distintas etapas de la vida.
Habitualmente
el fracaso en el ejercicio regular y sostenido de una actividad física, obedece
a desconocer en qué etapa de la vida estamos y en no recurrir a la palanca
motivadora correcta sin soltar o descuidar las dos restantes.
De esta suerte, están los que ni
siquiera lo intentan, puesto que habiéndose definido como intelectuales, han
necesitado tener al ejercicio como algo superficial para justificar la ocupación
de todo su tiempo en disciplinas que no involucran mayor actividad física.
Y también los que si alguna vez lo intentaron por salud, no pudieron mantenerse en su empeño porque escogieron una disciplina o forma de practicarla que no la cuida tanto, no los entretuvo, ni los mejoró estéticamente. También los que si buscaban entretenimiento, eligieron un deporte individual o alguno social de los que estaba de moda pero no cuidaba la salud ni los mejoraba estéticamente. Y aquellos que si lo hacían exclusivamente por estética; se aburrieron, impacientaron pronto, practicaron tan mal la disciplina o descuidaron tanto su salud que jamás lograron los resultados esperados.
Y también los que si alguna vez lo intentaron por salud, no pudieron mantenerse en su empeño porque escogieron una disciplina o forma de practicarla que no la cuida tanto, no los entretuvo, ni los mejoró estéticamente. También los que si buscaban entretenimiento, eligieron un deporte individual o alguno social de los que estaba de moda pero no cuidaba la salud ni los mejoraba estéticamente. Y aquellos que si lo hacían exclusivamente por estética; se aburrieron, impacientaron pronto, practicaron tan mal la disciplina o descuidaron tanto su salud que jamás lograron los resultados esperados.
Cual vemos, hay un montón de
motivos para fracasar en la práctica regular de alguna actividad física.
La clave está en satisfacer
equitativamente a las 3 razones sin descuidar a ninguna.
La primera razón, lógicamente, es
la más importante. Por tanto, aunque de Perogrullo: ninguna práctica deportiva
que empeore la salud de la persona que la practique es buena, incluso aunque
sea entretenida o construya un físico fabuloso. No haremos nombres de
disciplinas ni hábitos regulares entre quienes las practican para no suscitar resentimientos.
Pero NO todas las disciplinas que usted puede encontrar en el catálogo de su
club son saludables. Antes de practicar el deporte que está de moda, recuerde
siempre consultar especialistas para evitar escoger malas disciplinas o malas
formas de practicarlas que quizás lo entretengan y lo mantengan bello; pero,
sin embargo, no sean apropiadas para su edad, su estado o etapa de la vida. Aquí el freno
lo pondrá el cuerpo y no la mente.
Si la finalidad es la entretención,
no pierda de vista la salud y evite escoger disciplinas individuales o sucumbir
a la tentación de la comodidad del gimnasio. En general, el levantamiento de
pesas y uso de aparatos de musculación como única actividad física (no como
complemento) es para ciertos tipos de personalidades. Personas muy enfocadas en
la estética, antes que en la entretención, la socialización o el divertimento. Para
obtener resultados, el levantamiento de pesas demanda mucha concentración; lo
que impide el contacto fluido o significativo con los demás practicantes. Por
tanto, al no divertirse, cejará en su empeño, descuidará su salud y tampoco construirá
un cuerpo bello. Actividades en equipo y al aire libre encajaran mucho mejor
con su deseo de aliviar el estrés cotidiano, socializar, encontrar una
nueva forma de vida y mantenerse bello.
Si, en cambio, el objetivo es la
estética. No se lamente por ello. La belleza -lo han dicho varios filósofos- no es una ambición superficial. Y
por mucho que lo fuera, mientras lo empuje a realizar actividad física
saludable y no lo involucre en prácticas extrañas a ella, no debe lamentarse.
Procure, sin embargo, variar rutinas, entretenerse siguiendo su progreso mediante recursos tecnológicos y socializar con otras personas
que tengan su mismo interés aunque sea fuera de la práctica deportiva. Ya que
de lo contrario no transcurrirá el tiempo suficiente hasta empezar a ver los
resultados esperados. Y fundamentalmente evite los atajos químicos. Esto puede malograr su salud de modo irreversible.
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